martes, 20 de octubre de 2009


Formación

Esta imagen TRMM muestra la altura de las columnas de lluvia en el Huracán Irene. Las torres más altas —la mayor alcanza los 17 km— producen las lluvias más intensas, mostradas en rojo. Cuanto más alto sube el vapor de agua antes de enfriarse, más intensa tiende a ser la tormenta, ya que estas torres son como pistones que convierten la energía del vapor de agua en un poderoso motor de producción de lluvia y viento; además, estas torres pueden ser indicativas de un fortalecimiento futuro.

Ondas en los vientos del Océano Atlántico —las áreas de vientos convergentes se mueven a lo largo del mismo camino que el viento prevalente-, creando inestabilidades en la atmósfera que pueden llevar a la formación de huracanes.
La formación de ciclones tropicales es el tema de muchas investigaciones y todavía no se entiende perfectamente. Seis factores generales son necesarios para hacer posible la formación de ciclones tropicales, aunque ocasionalmente pueden desafiar a estos requisitos:
Temperatura del agua de al menos 26,5 °C[37] hasta una profundidad de al menos 50 m. Las aguas a esta temperatura provocan que la atmósfera sea lo suficientemente inestable como para sostener convección y tormentas eléctricas.[38]
Enfriamiento rápido con la altura. Esto permite la expulsión de calor latente, que es la fuente de energía en un ciclón tropical.[37]
Alta humedad, especialmente en las alturas baja a media de la troposfera. Cuando hay mucha humedad en la atmósfera, las condiciones son más favorables para que se desarrollen perturbaciones.[37]
Baja cizalladura vertical. Cuando la cizalladura vertical es alta, la convección del ciclón o perturbación se rompe, deshaciendo el sistema.[37]
La distancia al ecuador terrestre. Permite que la fuerza de Coriolis desvíe los vientos hacia el centro de bajas presiones, causando una circulación. La distancia aproximada es 500 km o 10 grados.[37]
Un sistema de perturbación atmosférica preexistente. El sistema debe tener algún tipo de circulación como centro de bajas presiones.[37]
Sólo ciertas perturbaciones atmosféricas pueden dar como resultando un ciclón tropical. Éstas incluyen:
Ondas tropicales u ondas de vientos del este, que, como se mencionaba anteriormente, son áreas de vientos convergentes con movimiento oeste. Frecuentemente ayudan al desarrollo de tormentas eléctricas que pueden desarrollarse a ciclones tropicales. Muchos de los ciclones tropicales se forman de éstas. Un fenómeno similar a las ondas tropicales son las líneas de distorsión de África Oriental, que son líneas convectivas que se producen sobre África y se mueven al Atlántico.
Canales troposféricos superiores, que son núcleos fríos de vientos en capas altas. Un ciclón de núcleo cálido puede aparecer cuando uno de estos canales (en ocasiones) desciende a los niveles bajos y produce convección profunda.
Los límites frontales que caen pueden ocasionalmente "atascarse" sobre aguas cálidas y producir líneas de convección activa. Si una circulación de bajo nivel se forma bajo esta convección, puede desarrollarse un ciclón tropical.
Lugares de formación
La mayoría de los ciclones tropicales se forman en una zona de actividad de tormentosa llamada Discontinuidad Intertropical (ITF por su nombre en inglés),[39] Zona de Convergencia Intertropical (ITCZ)[40] o zona de bajas presiones del monzón.[41] Otra fuente importante de inestabilidad atmosférica son las ondas tropicales, que causan sobre el 85% de los ciclones tropicales intensos en el Océano Atlántico,[42] y la mayoría en la región del Pacífico este.[43] [44]
La mayoría de los ciclones tropicales se forman a una latitud entre 10 y 30º del ecuador,[45] y un 87% de los mismos se forman a menos de 20º de latitud, norte o sur.[46] Debido a que el efecto coriolis inicia y mantiene la rotación de los ciclones, estos raras veces se forman o se mueven hasta los 5º de latitud, donde el efecto Coriolis es muy débil.[45] Sin embargo, es posible que se formen ciclones en esta región si hay otra fuente inicial de rotación; estas condiciones son extremadamente raras y se cree que tales tormentas se forman como mucho una vez cada siglo. Ejemplos de ciclones o tormentas tropicales en estas latitudes son la formación de la tormenta tropical Vamei en 2001 o el ciclón Agni en 2004.[47] [48]
Época de formación
A nivel mundial, los picos de actividad ciclónica tienen lugar hacia finales de verano, cuando la temperatura del agua es mayor. Sin embargo, cada región particular tiene su propio patrón de temporada. En una escala mundial, mayo es el mes menos activo, mientras que el más activo es septiembre.[49]
En el Atlántico Norte, la temporada es diferente, teniendo lugar desde el 1 de junio al 30 de noviembre, alcanzando su mayor intensidad a finales de agosto y en septiembre.[49] Estadísticamente, el pico de actividad de la temporada de huracanes en el Atlántico es el 10 de septiembre. El nordeste del Océano Pacífico tiene un período de actividad más amplio, pero en un margen de tiempo similar al del Atlántico.[50] El nordeste del Pacífico tiene ciclones tropicales durante todo el año, con un mínimo en febrero y marzo y un máximo de actividad a principios de septiembre. En la región del norte del Índico, las tormentas son más comunes desde abril a diciembre, con picos de intensidad en mayo y noviembre.[49]
En el hemisferio sur, la actividad de ciclones tropicales comienza a finales de octubre y termina en mayo. El pico de actividad se registra desde mediados de febrero a principios de marzo.[49]
Duración de las temporadas y promedio de ciclones en cada región[49] [30]
Región
Inicio de la temporada
Fin de la temporada
Tormentas tropicales(>34 nudos)
Ciclones tropicales(>63 nudos)
Ciclones tropicales de categoría 3+(>95 nudos)
Pacífico nordeste
Abril
Enero
26,7
16,9
8,5
Índico sur
Octubre
Mayo
20,6
10,3
4,3
Pacífico nordeste
Mayo
Noviembre
16,3
9,0
4,1
Atlántico norte
Junio
Noviembre
10,6
5,9
2,0
Pacífico suroeste - Australia
Octubre
Mayo
10,6
4,8
1,9
Índico norte
Abril
Diciembre
5,4
2,2
0,4

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